El Año Escolar en EEUU

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Manda tu hijo a Estados Unidos – pero NO SOLO para que aprenda inglés

Llevo muchos años trabajando con programas de año escolar en Estados Unidos (y soy de allí). He preparado a cientos de estudiantes de España para su año académico en USA. Y todos los participantes mejoraron su inglés - incluso estando en Texas o Florida. Pero, por muy importante que sea el inglés, no me convence como motivo principal para una estudiar un año en Estados Unidos hoy en día – porque así, nos quedaríamos cortos.

¿Qué es lo que me convence?

Primero: más madurez

Un año en el extranjero sirve para madurar a cualquier edad y en cualquier destino. Es un año de retos, aprendizajes, nuevos puntos de vista. En Estados Unidos, tu hijo aprenderá de una cultura muy individualista donde hay que ser más autónomo e independiente. Hay que pensar que allí los hijos se independizan mucho antes que en España. ¿Qué significa para tu hijo? Significa que allí le van ver y tratar como una persona que pronto tendrá que valerse por sí mismo. De allí, junto con el simple hecho de estar fuera de su burbuja española, tendrá muchas oportunidades para crecer.

Segundo: más inteligencia cultural

La inteligencia cultural es la capacidad de triunfar a la hora de interactuar con personas de otras culturas. Es muchísimo más que hablar idiomas. Es saber estar, actuar, hablar, y mucho más, en diversas situaciones en el plano internacional, un plano que llega ya a nuestros barrios e incluso dentro de nuestras casas gracias a la conectividad que disfrutamos hoy en día.

En Estados Unidos, los jóvenes necesitan mucho más que inglés para integrarse. Tienen que aprender cómo piensan los norteamericanos, cómo se comunican entre ellos, que argumentos les pueden convencer, qué tono de voz deberían utilizar en diferentes situaciones - y mucho, mucho más. Es la inteligencia cultural que necesitarán para trabajar con norteamericanos en un futuro. 

Tercero: más perspectiva

Me gusta imaginar el mundo cómo un gigante puzzle con las piezas de la “verdad” repartidas por todas las sociedades del planeta. Mirando desde la óptica de nuestra localidad, un hijo solo puede adquirir algunas piezas. Necesita salir y convivir con personas de otros países para conocer sus verdades y así ampliar la perspectiva a nivel global. Y la juventud es la etapa idónea para formar una idea más integral del mundo.

En Estados Unidos, un joven español conseguirá algunas piezas más de ese puzzle de la vida: otras “verdades”, otras ideas, creencias, teorías…

Cuarto: más flexibilidad…

Durante años he preguntado a cientos de estudiantes que iban rumbo a Estados Unidos - ¿Eres flexible? ¿Eres capaz de adaptarte a todo? La respuesta siempre es - ¡Sí!

Y he comprobado que es verdad: todos son muy flexibles a la hora de adaptarse… a lo que les gusta, mientras que haya bastante resistencia a diferencias culturales que no nos agradan. Mi conclusión es: la flexibilidad es algo que aprendemos a través de experiencias vitales que nos obligan a adaptarnos no solo a lo bueno, sino también a lo que nos reta. Estados Unidos, tu hijo tendrá que adaptarse a una cultura muy (muy) diferente a la que conocen aquí en España. Es una buena experiencia - difícil a veces - pero enriquecedora.

Quinta: más opciones…

En casa aquí en España, en el colegio, en el barrio – en la burbuja de nuestra comunidad aquí – nuestros hijos aprenden cómo se hacen las cosas. En Estados Unidos aprenden otras maneras de hacer las cosas: otra manera de decir las cosas, de solucionar problemas, de realizar tareas cotidianas, de estudiar, de aprender (que no siempre es lo mismo que estudiar), de pensar, entretenerse, disfrutar, vivir - y mucho más.

Esta es una manera maravillosa para multiplicar las alternativas al alcance de tu hijo en cualquier circunstancia - durante el resto de su vida.

Sexta: más ofertas de trabajo…

Las empresas hoy mismo necesitan personas capaces de solucionar problemas internacionales e interculturales.  El mundo está entrando por las puertas de nuestros portátiles y móviles. Alguien tiene que atenderles, convencerles, negociar con ellos, apaciguarles, agradecerles y entretenerles a veces. Ese alguien puede ser tu hijo, si tiene una formación internacional integral – a base de inmersión en otra cultura.

Estados Unidos sigue siendo la primera potencia en el mundo. Los efectos de sus políticas, teorías e ideologías llegan a todos los rincones del mundo. Es un plus empaparse de la cultura de allí durante la juventud - un plus para tu hijo porque será un plus para su futura empresa.

Séptima: más felicidad…

Una experiencia en Estados Unidos abre la puerta a un desarrollo personal y profesional más completo porque tu hijo aprende otras formas de elaborar su felicidad - formas basadas en la cultura individualista de allí.

También hay que pensar que en Estados Unidos hay una cultura bastante más casera, de disfrutar haciendo cosas en casa. También hay una cultura de disfrutar de la soledad - mucho más de lo que encuentro aquí en España. Vivir en Estados Unidos, con una familia americana, es una oportunidad para probar otras formas de disfrutar de la vida y estar feliz.

¿El resultado?

Tu hijo tendrá más herramientas para utilizar a la hora de elaborar su felicidad en cualquier situación.

¿Y el inglés?

En fin, ¿en qué lugar dejo el inglés, entonces? Por supuesto que es importante. Pero lo más importante es tener siempre presente que el inglés es un medio (no un fin). Allí debería utilizar su inglés para:

  • Luchar para explicar lo que necesita.

  • Comunicar para solucionar problemas, malentendidos - incluso conflictos.

  • Pasar por secretaría en su colegio para pedir lo que necesita - él mismo.

Si entendemos el inglés de esta manera, en vez de intervenir cada vez que nuestro hijo tenga un problema en Estados Unidos, le animaremos a solucionarlo él o ella mismo. Le recordaremos que para eso ha ido: para utilizar el inglés para integrarse 100% en la cultura de allí, como uno más.

Así que, manda tu hijo a Estados Unidos para hablar inglés, empaparse de la cultura de allí y crecer como persona.

¡Adelante!